LAPLAND

Lapland

that's how it's meant to be
the snow, and you and me
lost in (polar) circles

who cares if we are away
from home and yesterday
seems to be a sad joke

I try to hold your hand
but you disappear
into the ice storm

And no one even cares
if you are still in bed
or you are a thousand miles north


why don't you come
into this place?
we could be one
always so well
nicely, tightly
holding each other

why don't you come
into this place?
we could be one
always so well
nicely, tightly
holding each other


that's how it's meant to be
the snow, and you and me
lost in arctic circles


and then I realised
that I was still sleeping
and this is not Lapland

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Hace mucho tiempo que hablé de Lapland. Fue la primera canción que formó parte de The Baltic Sea. Creo que la grabé por primera vez en casa, a finales de enero de este año.

Han pasado muchas cosas desde entonces, pero todas ellas, de una manera u otra me han hecho entender por qué y para quién escribí Lapland.
Es una canción de casualidades y de fríos incomprensibles que poco a poco vamos entendiendo y que paso a paso parece que vamos sabiendo arropar.
En ella hay una especie de presencia constante de alguien que no conozco del todo, pero a quien espero haber sabido fotografiar en sonidos, de forma que si alguna vez tuviese que escoger una canción, de entre todas las del mundo, que la definiese, tuviera que escoger Lapland. Es como si fuese su canción-retrato. Espero que lo sea.

No es una canción fácil. En el fondo, cantarla, es incluso duro emocionalmente. Pero me basta saber que sirve de algo y que a veces uno dice cosas que sentia y no esperaba nunca que nadie comprendiese, hasta que llega quien lo hace y todo entonces cuadra.

No sabéis de quién hablo, ni os lo voy a decir. Cotillas... :)

Un abrazo desde las costas del Báltico a todos. Espero que sigáis leyendo las entrelíneas del grupo, que es este blog.

MARBEPOP

Otra vez la prisa y los atascos para salir de Sevilla.
Otra vez cargar el coche de instrumentos y de mapas para llegar al sitio sin perdernos.
Otra vez a tocar.

Nos reencontramos con Second, buenos amigos y una banda que cada vez suenan mejor. Ya son grandes. Ellos lo saben, pero lo emjor es que siguen tan humildes como cuando compartimos escenario en Granada hace años con 16 personas en el público.

The Baltic Sea ehca a andar. Sin algunas ocsas que formaban parte de mi vida, pero con las heridas un poco más cerradas y con el corazón latiendo un poco más fuerte, aunque ya no la encuentre entre el público.

Así son las cosas.

Gracias a todos los que estuvísteis por alli, nos veremos el 23 de nuevo.

Un abrazo.