Monday, September 28, 2009

DIARIO DE GRABACIÓN # ? - IT WOULD BE NICE I JUST COULD SLEEP


¿Cuánto tiempo hacía que no escuchaba esto? Pues creo que al menos cuatro años, diría que el tiempo justo. Debe ser que en esta que noche no puedo dormir y sé perfectamente por qué, sufro un poco del fenómeno flashback en el que hemos sido profusamente instruidos por Jeffrey Lieber, J.J. Abrams y Damon Lindelof en los últimos tiempos.

Pero creo que, a diferencia de aquellos que sufren estas regresiones por el capricho de los tres individuos que acabo de mencionar, mis viajes al pasado son mucho más reconfortantes, por contraste con lo que me encuentro cuando vuelvo, claro.

Así que... ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? No estoy seguro, pero creo que no.


Buenas noches, o buenos días (porque es casi de día).

e.


Saturday, September 26, 2009

DIARIO DE GRABACIÓN # ? - TRUST

Todos los días desde hace muchos años, en algún momento entre que me despierto y me vuelvo a dormir, ocurre un pequeño cataclismo. Lo inquietante es que no he tenido nunca muy claro el motivo de este pequeño desastre diario, qué lo provoca, qué lo mitiga. Pero tengo alguna idea.
Sé que algunas personas sufren pequeñas crisis parecidas cuando asumen su propia mortalidad, a veces cuando muere el último de sus progenitores. A mí la muerte, o lo que ocurra tras ella no me obsesiona. Puede que sí a muchos de vosotros, a los que se os antoje imposible ignorar la Nada que seguirá a vuestra desaparición de la faz de la tierra; el concepto de la no existencia de uno mismo es demasiado complejo para una realidad pluricelular como nosotros. Estamos diseñados para otros menesteres mucho más divertidos, mucho más básicos, mucho más animales. La cuestión teológica de todo esto es, desde mi punto de vista, absolutamente irrelevante. Claro que para mí todo lo no constatable es pasto de las llamas, no me lo creo. No sé si por incapacidad cognitiva, por un exceso de confianza o porque me han educado bajo a la luz de los documentales de David Attemborough, al calor del dogma del escepticismo. Yo ni siquiera estoy bautizado y esto es muy extraño en los que nacimos a finales de los setenta, en España.
Pero lo cierto es que hace muchos años que vengo experimentando estas pequeñas colisiones tectónicas en los estratos más profundos de mi tejido cerebral. Y coincide que empezaron más o menos cuando estuve seguro de qué es lo que quería hacer en la vida, y a la vez entendí que las probabilidades de éxito son tan escasas como efímeras. Este cortocircuito es un fallo sistémico que viene provocándome calambres diarios desde hace quince años. Cómo es posible. Supuestamente no soy un estúpido, al menos no en cuestiones de estrategia vital y planificaciones varias. He sabido adquirir la titulación académica y la experiencia laboral necesaria para que muchos empleadores me perciban como un buen candidato a los puestos de trabajo que ofrecen, trabajos normales de nueve a cinco. Los pilares básicos para vidas normales, para carreras profesionales con un espectro potencial de fluctuación bastante predecible, sea en los términos que sea.
Sin embargo mi madre, que representa en estos ámbitos de discusión al holding emocional que quiere todo lo mejor para mí, que quiere nietos y verme feliz con un coche estupendo y una casa cómoda, no me entiende. No es capaz de ver lo que significa para mí todo lo que hago y es normal, no puedo culparla, porque no puede entenderme. Tuve una novia muchos años que jamás comprendió una palabra de todo esto. Alguien que se limitaba a seguir un camino que sólo le era propio por una especie de obsesión infantil de auto-afirmación fantasmagórica. Una chica estupenda a la que terminé perdiendo, por suerte. Una chica más y sólo eso. He tenido amigos a los que ahora veo y me parecen amigos de mis padres: hoy son ese tipo de persona que estuvo casi dentro de uno durante años y que ahora parece no ser más que un holograma de un prototipo de individuo social normalizado; un número más. Uno de mis mejores amigos les describió perfectamente hace años en una canción que solíamos tocar hace mucho tiempo, se llamaba Standard Depressive y eso fue mucho antes de saber en qué nos íbamos a convertir. Afortunadamente, ni él ni yo nos hemos vuelto de gomaespuma dócil y maleable. Aunque, en realidad, no sé de qué hemos terminado estando hechos ni si somos mejores o peores que ellos.

Ahora, con treinta años, soy capaz de verme a mí mismo dentro de mi contexto y no veo diferencias importantes en lo que realmente me define, si hago la comparación con lo que me definía con quince años. Sigo queriendo hacer canciones por encima de todo, sigo queriendo estar en esto. Lo que sí que se me escapa es el motivo real y cierto por el que no he vendido todas mis guitarras eléctricas y he agachado la cabeza. Se me escapa porque algo debe haber que no termino de comprender, no puede ser que yo sea tan estúpido como todos los que me he ido dejando en el camino me advertían. No me puede salir bien y sé que terminarán diciéndome, en algún momento, que ellos vieron venir mi fracaso hace años. Qué más da.

Pero, claro, siempre llego a la misma conclusión. El motivo al que me aferro es tan simple como incandescente, tan último como rotundo: simplemente, no hay ninguna otra cosa que me haga sentir que hago lo correcto, muy a pesar de lo que pueda parecer.

Así que aquí me tenéis, enfrascado en la grabación del que será mi tercer disco, segundo de The Baltic Sea, muy cansado, con mucha tensión acumulada, habiendo asumido y gestionado grandes cambios dentro de la banda, del proyecto. Con grandes planes. Como siempre.
Como nunca.

Buenas noches, densas esta vez.
e.

Friday, September 11, 2009

DIARIO DE GRABACIÓN #7


Y a pesar de que no pensaba que avanzásemos, ya estamos mucho más cerca del final que de cuando empezamos.

Llevamos ya varias semanas trabajando en nuestro segundo disco, como muchos de vosotros sabéis. No es que esté siendo un paseo por el parque, ya he hablado antes de lo complejo de este proceso en particular, que tiene una serie de características que lo hacen distinto y que muy pronto serán evidentes, claro.

Ya estamos cerca. Ya tenemos gran parte del disco grabado, aunque faltan pistas muy importantes por grabar, ya podemos ir haciéndonos una idea de cómo va a sonar, y estamos muy contentos.

Es momento de contaros que ya no somos cuatro, ahora somos cinco. El tipo que sale en el vídeo de hoy es Alejandro, el nuevo fichaje de The Baltic Sea. Necesitábamos un quinto músico para llevar este disco al directo y estamos seguros de que él es la mejor opción. Podréis conocerle mejor como músico en el myspace de su proyecto personal y en el del grupo en el que ha tocado los últimos años.

Ya tenemos el track list del disco, sólo falta ordenarlo; algunos de vosotros pensaréis que es un disco más intimista, o con menos mala leche que el primero. Menos doliente. Otros, creo que esta vez la gran mayoría, entenderéis por primera vez cómo de jodidas son las letras de la banda, o como de moñas (que también).

Así que de este modo podemos decir que el final de la grabación del disco está cerca. Justo hace un par de días, durante el almuerzo, Raúl me decía que estaba especialmente contento por poder estar grabando como se supone que se debe grabar un disco. Sin prisas, o al menos sin presiones. Es verdad que no teníamos pensado grabar así desde un principio, pero al escuchar los resultados de pensar cada sonido, cada matiz el tiempo que fuese necesario… no sé si podremos volver a grabar un disco en dos semanas.

Esta grabación me está sirviendo también para ver eso mismo con claridad, que esta es la manera de hacer las cosas. El disco será un hecho cuando lo sea, cuando estemos seguros. No cuando llegue el siguiente grupo que estaba esperando en la puerta del estudio de turno... aunque desde luego hay estudios y productores que merecen el estrés.


Me voy a la cocina, que hoy como en casa y mi comensal tiene hambre.

e.