BACK TO LAPLAND
Bueno, sí. Ayer no escribí. No creáis que no he pensado que el concepto de “diario” de grabación se vería afectado; pero es que, además de que, honestamente, estaba muy cansado ayer por la noche, la página en la que alojamos el Blog no me dejaba subir nada, ni fotos, ni textos. Nada. Así que dediqué el rato que tengo entre la cena y el sueño a tareas menos exhibicionistas que narrar las peripecias de un tipo del Báltico en las costas atlánticas.
El día del miércoles transcurrió como casi todos hasta ahora, excepto por algún hecho sorprendente y quizás demasiado privado para ser hecho público aquí así, sin pudor. Seguimos trabajando duro en las mezclas. Paco es muy exigente y creo que es justo la cualidad más necesaria cuando se trata de terminar algo que no volverá a modificarse en principio como estas canciones, en este caso.
El proceso de mezcla en nuestro disco está siendo completamente analógico, y eso es muy curioso a mis ojos. Sólo utilizamos el ordenador como un simple grabador. Todos los filtros, compresores, ecualizadores, etc. Que intervienen en el sonido de las canciones de este álbum son aparatos reales, de válvulas y en muchos casos fueron fabricados antes de que yo naciese.
En estos días he descubierto una de las cosas que pueden llegar a ser más irritantes de todas cuantas conozco en el ámbito de los estudios de grabación (ya, sé que son muy pocas) y es una especie de pitido constante que se llama “Test Generator” y que Paco usa para comprobar los niveles de salida stereo de cada canal de su mesa. Él dice que le resulta muy útil, al ser una onda constante que le permite apreciar las pequeñas variación que cada canal pueda tener. A mi me resulta algo parecido alo que debía sentir Clark Kent cuando algún peligro amenazaba a algún inocente indefenso en alguna parte del mundo. Sólo que a mí, después de las punzadas en la sien, sólo me duele la cabeza y no me enfundo en ningunas mallas ajustadas con los calzoncillos por fuera (afortunadamente).
Hoy jueves el día ha sido un poco diferente. Esta mañana me fui de excursión a dejar mi amplificador de guitarra a un tipo alemán que va a reparármelo. ÉL, Micha, vive en San Fernando, a una media hora en coche del estudio de Paco Loco. Quedé con él en la Venta de Vargas, uno de los puntos geográficos más importantes del Flamenco. Un sitio curioso para quedar y hablar sobre amplificadores de válvulas para guitarra.
Así que después de comer vuelta al trabajo. Ya queda menos. Casi nada.
Esta noche es una noche larga para mí. Tengo aun que terminar algunos arreglos de teclado para la canción con la que terminaremos mañana, que es curiosamente, la primera que grabé en mi casa hace ya muchos meses.
Lapland.
Buenas noches a todos, gracias por leer esto.
e.
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